Pastores, sacerdotes y hermanas misioneras: los rostros de los l??deres religiosos que est??n ayudando a proteger la Amazonia desde la fe

Por estos d??as, en San Jos?? del Guaviare, una imagen poco com??n se hace cotidiana: pastores evang??licos, sacerdotes cat??licos, hermanas misioneras, l??deres ind??genas, acad??micos y autoridades locales conversan sobre la Amazonia como si se tratara de un templo. Y, en cierto sentido, lo es. La Iniciativa Interreligiosa para los Bosques Tropicales (IRI-Colombia), impulsada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), convoc?? entre el 20 y el 23 de noviembre una Jornada de Inmersi??n Cient??fica para profundizar en la crisis ambiental, entender los motores regionales de deforestaci??n y promover compromisos conjuntos desde la fe.

IRI naci?? para responder a un llamado urgente del Panel Intergubernamental de Cambio Clim??tico (IPCC): sin bosques tropicales no hay futuro clim??tico posible. Con cap??tulos locales en los municipios m??s impactados por la p??rdida de selva, la iniciativa articula a l??deres religiosos, pueblos ind??genas, organizaciones cient??ficas y autoridades territoriales para construir acciones pastorales y ambientales. E n Colombia ya existen 47 cap??tulos locales, y su Consejo Asesor re??ne a la Conferencia Episcopal, la Confederaci??n Evang??lica de Colombia, la REPAM, el Consejo Mundial de Iglesias y otros aliados estrat??gicos.

En Guaviare, uno de los epicentros hist??ricos de deforestaci??n en el pa??s, la participaci??n de las comunidades religiosas se ha convertido en un frente de lucha en contra de esta p??rdida acelerada de la riqueza natural. Sus sermones, visitas pastorales, catequesis, cultos y encuentros comunitarios ???espacios donde la palabra tiene verdadero impacto??? se han transformado en canales para hablar de conservaci??n, restauraci??n y cuidado de la casa com??n. Y aunque provienen de tradiciones distintas, comparten una convicci??n: el bosque tambi??n es creaci??n divina y merece ser protegido.

Miembro de la congregaci??n de las Misioneras de la Madre Laura, la hermana Hilda Camargo lleva una d??cada trabajando con comunidades rurales e ind??genas del Guaviare. Desde que se vincul?? a IRI-Colombia, dice que su misi??n adquiri?? una dimensi??n nueva: ???Nuestro trabajo pastoral siempre ha sido acompa??ar, pero ahora acompa??amos tambi??n para defender la vida del territorio. Si destruimos el bosque, destruimos la vida que Dios confi?? a la humanidad???.

Camargo insiste en que, para muchas comunidades, hablar de fe es hablar tambi??n de la tierra. Por eso ha incorporado en sus reflexiones el mensaje de la ecolog??a integral propuesta por el papa Francisco en Laudato Si???. ???Antes se hablaba del sentido de la vida; ahora tambi??n hablamos del sentido de cuidar lo que sostiene la vida???, afirma. Su congregaci??n ha hecho parte de las jornadas de limpieza, reforestaci??n y formaci??n ambiental con ni??os y adultos que ha impulsado IRI-Colombia. ???No es solo sembrar ??rboles, es sembrar conciencia???.

Desde la Misi??n Panamericana de Colombia en San Jos?? del Guaviare, el pastor Janier Islen Cardona ha encontrado en la defensa del bosque una l??nea directa con su ense??anza b??blica. ???La Biblia es clara: el justo cuida de la creaci??n. No podemos predicar salvaci??n mientras somos indiferentes a la destrucci??n de lo que Dios hizo???.

Para Cardona, el cambio en su congregaci??n ha sido notorio: ???Hace unos a??os casi nadie hablaba de deforestaci??n en los cultos; ahora es un tema permanente. La fe no es solo espiritual; es ??tica y es pr??ctica. La gente escucha cuando uno predica, pero escucha m??s cuando uno act??a???, se??ala.

Como director ejecutivo de la Confederaci??n Evang??lica de Colombia (Cedecol), Gabriel P??rez Pe??a explica que la relaci??n de las iglesias evang??licas con el ambiente ha cambiado profundamente en los ??ltimos a??os. ???Con IRI, entendimos que la defensa del ambiente no es una moda ni una postura pol??tica: es un mandato espiritual. Dios puso la creaci??n en manos del ser humano para administrarla, no para devastarla???.

P??rez subraya que el alcance de las iglesias evang??licas ???presentes en miles de veredas, caser??os y barrios en todo el pa??s??? les permite llegar donde no llegan las instituciones estatales. ???Nuestros pastores conocen el territorio, las familias, los miedos y las necesidades. Ese conocimiento es clave para frenar la deforestaci??n y para que la gente comprenda que destruir el bosque es destruir su propio sustento???.

El sacerdote Gregorio Chac??n Villamizar, de la di??cesis de San Jos?? del Guaviare, lleva 26 a??os en el territorio y no duda en afirmar que la Amazonia atraviesa ???una crisis profunda que tambi??n es espiritual???. Su di??cesis se vincul?? a IRI-Colombia hace unos tres a??os, cuando comenzaron a participar en encuentros formativos y a conocer, de manera sistem??tica, la magnitud de los da??os ecol??gicos en la regi??n. ???Las cartillas, los talleres, los videos??? todo ese material nos abri?? los ojos. Entendimos que la defensa del bosque deb??a ser un compromiso pastoral???, afirma.

El cambio m??s profundo ha ocurrido en los sermones. ???En las homil??as de los domingos, aprovechamos que se re??ne mucha gente para hablar del valor de la tierra, del agua, de la biodiversidad. Explicamos que la creaci??n es de todos y que todos debemos cuidarla???.

La ense??anza de Laudato Si???, explica Chac??n, es el eje. ???No se trata solo de ecolog??a cient??fica, sino de ecolog??a integral: una forma de entender que las relaciones entre las personas, la vida espiritual y el ambiente son inseparables???.

El sacerdote tambi??n ha visto transformaciones concretas en sus fieles: grupos apost??licos que ahora organizan retiros sin utilizar desechables, familias que protegen nacimientos de agua y campesinos que comprenden que no deben tumbar ??rboles hasta la orilla de las quebradas. ???La gente empieza a cambiar cuando siente que su fe le exige cuidar???.

Pero es claro en que a??n falta mucho. ???Estamos haciendo lo que se puede, pero no con la celeridad que exige la situaci??n. Necesitamos m??s articulaci??n, que las instituciones trabajen en equipo y que los mensajes lleguen a quienes viven realmente en la selva. A veces nos quedamos en conversatorios y no en el territorio???.

Chac??n reflexiona tambi??n sobre las causas profundas de la devastaci??n: el relativismo que debilita la conciencia moral, la falta de vida espiritual, la aceleraci??n tecnol??gica que desconecta a las personas de la naturaleza, la ambici??n econ??mica y la desigualdad. ???Si no fortalecemos la dimensi??n espiritual, nuestra relaci??n con la naturaleza seguir?? siendo cr??tica???.

Y es contundente al se??alar factores territoriales: terratenientes que tumban decenas de hect??reas sin control, el narcotr??fico que ???ha sido una enfermedad terrible para la Amazonia???, las fumigaciones que da??an la salud y la tierra, y la pobreza que obliga a miles a cocinar con le??a. ???Todo eso tambi??n destruye el bosque. La protecci??n ambiental necesita justicia social???.

Aunque provienen de caminos distintos ???la vida misionera, la pastoral evang??lica, la Iglesia cat??lica o las organizaciones interdenominacionales??? todos coinciden en un punto: proteger la Amazonia es proteger la vida.

IRI-Colombia ha logrado que esas voces, que hist??ricamente actuaban por separado, hoy trabajen juntas, compartan formaci??n cient??fica, organicen acciones comunitarias y lleven un mensaje ambiental a cientos de espacios de oraci??n.

En un pa??s donde los templos pueden tener m??s presencia territorial que las instituciones p??blicas, el papel de los l??deres religiosos se vuelve decisivo.

EDWIN CAICEDO

Periodista de Medioambiente y Salud

@CaicedoUcros